I.- Juan Domingo Peron y lo nacional-popular
Quién fue Perón y cual el papel de su paso por el poder en la historia, ahora cuando han pasado más de 60 años de su irrupción en la vida pública argentina y la corriente política que él fundó mantiene plena vigencia ?
Pablo Neruda en su libro de memorias “Confieso que he vivido” concluido en 1973 ,en medio del golpe de Pinochet, relata una discusión presenciada por él entre Luis Carlos Prestes el líder comunista brasileño y Vitorio Codovilla el líder comunista argentino, acerca del supuesto fascismo de Perón, tesis que Codovilla sostenía con pasión y Prestes refutaba con riqueza de argumentos. Expuesta resumidamente la polémica, Neruda concluye sentenciosamente” creo que la historia le ha dado la razón a Prestes”.
Cito a Neruda, porque la acusación de que Perón era fascista en los años 40s y 50s la repetían el embajador de USA en Buenos Aires Sr. Braden y el Partido Comunista. Y Pablo Neruda, comunista militante, no solo era un poeta genial sino un hombre de fina percepción política. Si decidió incluir la discusión Prestes –Codovilla y su propio y definitivo juicio sobre el tema en sus memorias, cuando ya estaba enfermo de cáncer, es porque quiso sobre ese tema dejar su postura para la historia.
Al respecto es famoso el chisme de la visita de una delegación comunista argentina a China en los 50s y la entrevista con Mao Zedong, quien al referirse a Perón expresó que “si yo fuese argentino , sería peronista”.
El nombre inicial del Partido que impulsa Perón es Partido Laborista y sus planteamientos lo acercan a una adaptación del laborismo inglés a las condiciones de un país de industrialización reciente.
Como argumentaba Prestes en la ya citada discusión con Codovilla : ni camisas pardas, ni sentimientos contra judíos, gitanos u otras etnias, ni alianza con la industria militar para provocar una guerra con Brasil, siendo que en esa época las hipótesis de conflicto que las Fuerzas Armadas de ambas naciones manejaban, alimentadas por los profesores norteamericanos de las Misiones Militares que actuaban en ambos países, era de un probable enfrentamiento militar argentino-brasileño.
Entre 1943 y 1955 la Argentina vive el proceso más importante de su historia en el siglo XX, cuyas consecuencias se mantienen latentes en el siglo XXI, proceso que fué la experiencia práctica de la que se nutrieron los temas que animaron capítulos de la creación académica latinoamericana en economía, sociología, ciencia política y temas del debate político latinoamericano de los 50s, 60s y 70s.
Lo nacional-popular VS lo oligárquico pro-imperialista, desarrollo y estado desarrollista VS liberalismo económico, dependencia VS desarrollo autónomo, industrialización inducida VS economía basada en la exportación de productos primarios, organización popular VS agremiaciones elitistas, populismo reformista VS partidización conservadora
En la Argentina tuvo lugar también la emergencia del militarismo como eje articulador de los poderes fácticos de la sociedad, que incluían la Embajada de Estados Unidos, la Iglesia, los terratenientes, algunos industriales y a los Partidos Políticos desde el centro hasta los llamados partidos marxistas. Para derrocar a un Presidente “populista” electo e instaurar una de los más retrógados, prolongados y sangrientos, períodos dictatoriales de la historia latinoamericana
En 1943 Perón era miembro de una gobierno militar y se desempeñó como secretario privado del Ministro de Ejército, a las órdenes del general Edelmiro Farrell.
El poder y la influencia creciente de Perón dentro del gobierno militar provino de su alianza con el sindicalismo argentino. Un sector del movimiento obrero, principalmente el socialista , a través de Ángel Borlenghi y Juan Atilio Bramuglia, decidió entablar contacto con los coroneles Perón y Domingo Mercante, para impulsar con ellos la aprobación de varias leyes laborales.
El plan elaborado entre Perón y Mercante preveía que Perón asumiera el Departamento Nacional del Trabajo para , aprovechando que el Congreso Nacional estaba cerrado, poner en vigencia un número importante de leyes a favor de los trabajadores, cuyo portavoz durante años había sido el intelectual socialista Alfredo Palacios y que habían sido negadas por la mayoría parlamentaria conservadora y radical.
Comenzó Perón a cosechar enemigos entre la clase dominante y partidarios entre los trabajadores y los pobres en general. Con su habilidad y el apoyo sindical consiguió que su oficina se transformase en la Secretaría de Trabajo.
Como Secretario de Estado empezó a desarrollar gran parte del programa sindical histórico : se crearon los tribunales de trabajo ; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores ; más de dos millones de personas fueron beneficiadas con la jubilación ; se sancionó el Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista ; se creó el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios ; se prohibieron las agencias privadas de colocaciones y se crearon Escuelas Técnicas orientadas a obreros. En 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores.
El crecimiento del poderío sindical estimulaba a que se afiliaran los nuevos trabajadores, incluyendo los “cabecitas negras” llegados del interior y de países vecinos. Los sindicatos importantes que no pactaban con Perón eran discriminados y se les montaban sindicatos paralelos. Así crecía la CGT
Pero la estrategia de Perón para acumular poder no se limitaba a establecer alianzas con el movimiento obrero sino que se extendía también a los partidos políticos, la Iglesia Católica y las Fuerzas Armadas.
El avance de la figura de Perón, despertó rechazo dentro del gobierno militar y su estrecha alianza con los sindicatos obreros generó inmediatamente una fuerte oposición tanto dentro como fuera de las Fuerzas Armadas, especialmente en las clases altas y medias y provocó la descarada intervención norteamericana.
En ese aspecto jugó un papel fundamental el Embajador Spruille Braden,
Según Wilkipedia : “Spruille Braden era uno de los dueños de la empresa minera Braden Copper Company de Chile y tenían intereses comerciales en la United Fruit Company. También fue director de la W. Averell Harriman Securities Corporation.
Desempeñó un papel relevante en la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, preservando los intereses de la Standard Oil y tenía una posición abiertamente anti-sindical. Desempeñó breves misiones diplomáticas pero de gran importancia política como embajador en Cuba (1942), Argentina (1945), Colombia (1939 -42). Sus actividades en esos países estuvieron vinculadas con operaciones relacionadas con la política interna y los golpes de estado. Como embajador en Argentina, en 1945, fue célebre su participación en las luchas políticas internas, organizando la oposición contra el presidente General Edelmiro Farrel y el vicepresidente Coronel Juan Perón. En 1944 se desempeñó como Subsecretario de Asuntos Hemisféricos de los Estados Unidos bajo la presidencia de Harry S. Truman. Se enfrentó a George S. Messersmith, ex embajador de de Estados Unidos en México, acerca de la política estadounidense hacia América Latina. Desde 1948 comenzó a percibir un salario para desempeñarse como lobbista de la United Fruit Company ; cuando los intereses de esta empresa fueron afectados en Guatemala, fue uno de los operadores que influyeron en el golpe de estado que derrocó al Presidente Jacobo Arbenz en 1954.”
En 1945, la embajada de Estados Unidos dirigida por Braden, promovió la unificación de las fuerzas opositoras a Perón, hasta conformar un gran movimiento que incluyó a los partidos Comunista, Socialista, Unión Cívica Radical, Demócrata Progresista, Conservador, la Federación Universitaria Argentina (FUA), la Sociedad Rural (terratenientes), la Unión Industrial (grandes empresas), la Bolsa de Comercio, y los sindicatos opositores.. Entre otras acciones, Braden propició en 1946, pocos días antes de las elecciones de Febrero, la publicación de un informe denominado "El Libro Azul" en el cual se solicitaba la invasión militar de Argentina acusando a integrantes del gobierno de colaborar con las potencias del Eje, de acuerdo a documentos recopilados por el Departamento de Estado estadounidense. Perón, apoyado por su exitosa labor como Secretario de Trabajo y por la consigna nacionalista “Braden o Perón” ganó las elecciones presidenciales de 1946 con un 56 % de los votos. El éxito de Braden con la oposición a Perón, se debía al clima que aún prevalecía de alianza anti nazi-fascista en el que liberales y marxistas participaban con entusiasmo.
Previamente a las elecciones del 46 se había producido la famosa Manifestación en Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945, a lo que Perón llamó “el día de la lealtad”
Presionado por los grupos de poder y por el Embajador Braden el Presidente militar General Farrel había pedido a Perón la renuncia a todos sus cargos el 9 de Octubre de 1945 y lo había encarcelado en la isla Martín García. Pero el 17 de octubre de 1945 la histórica Plaza de Mayo fue colmada por una muchedumbre gigantesca que puso a temblar a Farrel y a los militares porque la multitud reclamaba el regreso de Perón y su restitución en todos sus puestos públicos. El gobierno trajo a Perón para calmar la masa y éste pronunció un discurso desde el balcón de la Casa Rosada, acompañado por Farrel, en el que, hablando ya como jefe, aprovechó para anunciar elecciones inmediatas, que ganó con amplitud en Febrero de 1946.
Con la serenidad que requiere un estudio académico Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero, escribieron un libro de mucha resonancia en su tiempo : “Sobre los orígenes del Peronismo”, que ubica claramente al Peronismo como un movimiento político de alianza de clases entre burguesía industrial, obreros nuevos y antiguos en una industrialización pujante y reciente y tecno-burocracia estatal civil y militar. Más cerca de los laborismos europeos que de los fascismos del viejo Continente. Y, al respecto, dicen los autores : “ Establecer un corte entre los procesos tempranos de crecimiento de la sociedad industrial y los que tuvieron en el siglo XX en los países dependientes, parece legítimo y es ya un principio vigente en casi todos los análisis. Las consecuencias sociales no son las mismas.
Tres etapas posibles en que pueden periodizarse la historia de cualquier movimiento nacional-popular
la etapa de su estructuración ;
la etapa del control del Poder y
la etapa de la pérdida del control del Poder. En la primera etapa, en la que la nueva élite, que propone un proyecto populista, se encuentra con una clase obrera ya organizada, también poseedora de un proyecto social, a la que expresamente le propone una alianza. En la segunda etapa, la clase obrera irá perdiendo paulatinamente autonomía, pero no significará el abandono del reconocimiento de la independencia institucional de los sindicatos. Este reconocimiento se hace más claro en la tercera etapa, cuando el peronismo ha sido ya desalojado del poder y son los sindicatos la única forma organizativa ligada a él que permanece en pie. Se transforman (el sindicalismo en la Argentina) en la columna vertebral del movimiento nacional-popular.
El peronismo es una experiencia de nacionalismo popular que llega al poder cuando lo substancial del proceso de sustitución de importaciones está ya realizado
Como hipótesis, a nuestro entender la participación obrera era condición necesaria para llevar a cabo el proyecto hegemónico de un sector de las clases propietarias - industriales menos poderosos- y de la burocracia militar y política, en un doble plano :
en su función de consumidores, para la ampliación del mercado interno necesario para el futuro de la industria.
por la propia necesidad de legitimación política que tenía la élite estructurada alrededor del movimiento militar de 1943.
Lo importante y nuevo fue que la satisfacción de las reivindicaciones obreras acumuladas coincidía con el proyecto de desarrollo económico de un sector propietario. Esta situación es la que hace viable una alianza interclases como la expresada en el peronismo”.
Los 12 años en el poder de Perón transforman la Argentina (1943-1955)
En mis recientes viajes a Buenos Aires, he tomado contacto con una Fundación Cultural, propietaria de una Universidad Privada y de la revista política más antigua de la Argentina “Caras y Caretas”. La Fundación pertenece al Sindicato de Porteros de Buenos Aires y eso es lo que me llamó la atención
Sin el peronismo ese empoderamiento de los trabajadores y sus organizaciones sindicales no existiría y el paisaje socio económico y cultural del país tendría más semejanza con otras realidades latinoamericanas
Durante el primer gobierno de Perón como Presidente, inaugurado en 1946, se reformó la Constitución Nacional en 1949 incorporándose los derechos laborales y sociales que caracterizaron al constitucionalismo social y las bases jurídicas para expropiar grandes empresas monopólicas .( Esta Constitución sería derogada por una proclama del régimen militar que derrocó al gobierno peronista).
Después de las trascendentales transformaciones legales y prácticas que Perón impulsó entre el 43 y el 45 como Secretario de Trabajo, ya como Presidente de la República, instauró la planificación y se propuso el salto de la Argentina hacia el primer mundo, como país industrializado. En su cabeza estaba la idea de posibles nuevas conflagraciones internacionales en las que Argentina volvería a obtener ventajas como país neutral exportador de alimentos, que se beneficiaba de la agricultura para industrializarse. También vislumbraba la ruptura entre los aliados y el inicio de una confrontación ruso-norteamericana, de la que Argentina se mantendría distante. Perón presagió el surgimiento del Movimiento de países No Alineados, del que ya no pudo participar, porque su creación formal coincidió con las confrontaciones políticas internas que culminaron con su derrocamiento
La democratización de la sociedad argentina que impulsó Perón se basó en el enriquecimiento de los derechos sociales y civiles de los sectores populares y un constreñimiento de los derechos civiles y políticos, de los sectores altos y medios de la sociedad en donde se concentraban sus enemigos políticos
En lo económico concluyó el proceso de sustitución de importaciones de bienes de consumo y se propuso el salto hacia el desarrollo de la industria pesada
Pero también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo.
Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de industrialización, se optó por la nacionalización del comercio exterior mediante la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio). Éste le permitió al Estado obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de la oligarquía terrateniente.
En 1947 Perón anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar el impulso a la industria pesada.
En el área del desarrollo de la ciencia y tecnología, en 1948, Perón anunció un proyecto de desarrollo de energía de fisión nuclear. Las instalaciones para el proyecto secreto ocuparon la Isla Huemul en el Lago Nahuel Huapi. El proyecto estuvo a cargo de Ronald Richter, un físico austriaco. Se esperaba utilizar los hallazgos de Richter en los aviones a reacción asunto que se estaba desarrollando en el Proyecto Pulqui II.
El asunto tuvo problemas en su implementación y Perón trasladó las instalaciones del Proyecto Huemul al Centro Atómico Bariloche (CAB) de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y al Instituto de Física de la Universidad Nacional de Cuyo.
Política educativa
Se expandió la educación primaria y secundaria a tasas nunca vistas y se abolió la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, en una reafirmación del carácter laico de la enseñanza pública. Para irritación de los opositores se creó la asignatura “Cultura Ciudadana” que era una visión peronista de la sociedad con textos de Perón y su esposa Evita. []
En las Universidades la autonomía universitaria no fue respetada. Era un hecho que la mayoría y la más calificada de la intelectualidad argentina era adversaria de Perón y las Universidades eran su centro de trabajo y acción.
Al respecto Silvia Sigal escribe que hay por lo menos dos puntos de acuerdo entre quienes se han interesado en la relación entre los intelectuales y el peronismo. El primero es que casi la totalidad de los escritores, artistas y universitarios liberales y democráticos fueron antiperonistas, el segundo, que si los intelectuales peronistas fueron muy contados, más contados fueron, entre ellos, quienes gozaban de prestigio y reconocimiento en el ámbito de la cultura.
Yo señalaría el nombre señero de Leopoldo Marechal entre los grandes escritores de filiación peronista. Su obra magna Adán Buenosaires, es de lo más destacado que se ha escrito en la literatura latinoamericana y la mejor novela argentina antes de que se publicara Rayuela de Julio Cortázar.
Hubo una mejora notable en la infraestructura universitaria y se estableció la gratuidad de la enseñanza y ello fue un factor que coadyuvó a que entre 1945 y 1955 se triplicara el número de alumnos universitarios. Se creó también el Consejo Nacional de Investigaciones Técnicas y Científicas (CONITYC).
Política sanitaria
Se impulsó un programa sanitarista que se dirigía hacia la creación de un sistema unificado de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter universal en el cual el Estado cumpliría un papel preponderante. El número de camas en hospitales que era de 66.300 en 1946 (4 cada 1000 habitantes) pasó en 1954 a 131.440 (7 cada 1000 habitantes). Se hicieron campañas para combatir enfermedades endémicas como el paludismo, la tuberculosis y la sífilis. En 1942 unos 6,5 millones de habitantes tenían provisión de agua corriente y 4 millones, servicios cloacales, y en 1955 los beneficiarios eran 10 millones y 5,5 millones respectivamente. La mortalidad infantil que era de 80,1 por mil en 1943 bajó a 66,5 por mil en 1953 y la esperanza de vida que era de 61,7 años en 1947 subió a 66,5 años en 1953, superior a la de varios países europeos.
Igualdad entre hombres y mujeres
Durante el gobierno de Perón se produjo un cambio histórico en lo que respecta al reconocimiento de los derechos de la mujer. Se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales de las mujeres, así como también el voto femenino
La igualdad política de hombres y mujeres, se complementó con la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida que garantizó el artículo 37 de la Constitución de 1949.
Perón derogó la ley que establecía la discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos.
En 1954 Perón envía y logra la sanción de la ley del divorcio, lo que tensionó sus relaciones con la Iglesia Católica.
La mala relación con la prensa.
Perón desarrolló una política de control de medios, utilizando distintos arbitriosEl papel de diario, que era totalmente importado y distribuido por el gobierno fijaba cuotas sumamente reducidas para los medios hostiles. También fueron numerosas las clausuras de medios de prensa desafectos con el gobierno y finalmente la expropiación lisa y llana con entrega posterior a administraciones adictas como ocurrió con los diarios La Prensa y La Nueva Provincia de Bahía Blanca.
El gobierno aplicando una combinación de presiones -tanto oficiales como sindicales- y beneficios fue adquiriendo en forma directa o a través de intermediarios periódicos, revistas y estaciones de radio. Al finalizar el gobierno de Perón sólo dos periódicos de circulación nacional -La Nación y Clarín no pertenecían al Estado quien, por otra parte, controlaba la casi totalidad de las radios.
La violencia política
En el marco del enfrentamiento frontal entre peronistas y antiperonistas, se produjeron violaciones de derechos humanos debido a la persecución de opositores -en especial de comunistas-, así como actos terroristas y movimientos golpistas, por parte de la oposición. Uno de los primeros atentados fue sufrido en 1947 por el dirigente sindical y diputado nacional Cipriano Reyes. Otros opositores que sufrieron tortura fueron los militantes universitarios Ernesto Mario Bravo y Luis Vila Ayres, comunista el primero y socialista el segundo, y el abogado radical Juan Ovidio Zavala.
La oposición también era violenta. El 15 de abril de 1953 un comando civil realizó un atentado terrorista en la Plaza de Mayo haciendo estallar dos bombas durante una manifestación sindical organizada por la CGT, que asesinó a 5 trabajadores y dejó más de 90 heridas.
Los jefes del acto terrorista fueron apresados y torturados.
Política exterior
José Paradiso considera sobre la política exterior del gobierno peronista que : "En ocasiones ella ha sido considerada una gran responsable de las desventuras argentinas posteriores, otras veces como la expresión de un razonable pragmatismo cuando no como la obra de un sagaz visionario. Probablemente ninguna de estas versiones sea la correcta, aunque cada una de ellas puede reclamar para sí una parte de la verdad"
El gobierno de Perón estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética y a continuación inició tratativas comerciales y cerró acuerdos comerciales con Rumania, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia y Hungría.
Perón proclamó los principios de la Tercera Posición entre capitalismo y socialismo, mediante la cual se daba a entender que en la naciente Guerra Fría la Argentina no se alinearía de forma automática ni con Estados Unidos ni con la Unión Soviética.
En 1948, cuando la URSS bloqueó Berlín Occidental el canciller Bramuglia, presidiendo el Consejo de Seguridad de la ONU, tuvo una activa gestión mediadora que recibió comentarios elogiosos de los diplomáticos extranjeros.
El derrocamiento de Perón : fuerte participación interna y oculta intervención extranjera.
Desde 1951 sectores cívico-militares antiperonistas habían venido desarrollando actos terroristas a través de los denominados Comandos Civiles.
El 16 de junio de 1955 los Comandos Civiles, integrados por conservadores, radicales, y socialistas, junto con la Marina de Guerra y sectores de la Iglesia Católica intentaron un golpe de Estado que incluyó el Bombardeo de la Plaza de Mayo y el centro de la ciudad de Buenos Aires con un saldo de más de 364 muertos y centenares de heridos. El ataque se produjo con 20 aparatos de la Aviación Naval, cerca del mediodía, sobre la multitud que se encontraba en una manifestación. Los ataques continuaron hasta las 18. El Ejército instaló tanques y baterías antiaéreas para proteger al presidente, por lo que a los insurgentes se les ordenó atacar a los miembros del Ejército y a los civiles que apoyaban a Perón. Finalmente, los atacantes pidieron asilo político en Uruguay.
El bombardeo a ciudad abierta, es realizado por aviones de la Marina Naval que actúan en concomitancia con los ingleses. Estos aviones habían despegado desde Uruguay donde se les había pintado la Bandera Argentina ya que los aviones eran de procedencia Británica . El objetivo de la operación era matar a Perón.
Luego de los ataques, Perón pidió calma a la población. Pero sus seguidores, en respuesta a los ataques, incendiaron varias iglesias en el centro de la capital. Perón dio entonces por finalizada la llamada revolución justicialista, y llamó a los partidos políticos opositores a establecer un proceso de diálogo que evitara la guerra civil. Pero para entonces los partidos opositores no estaban tampoco interesados en llegar a un acuerdo con Perón, y utilizaron la oportunidad para difundir su oposición al gobierno y denunciar la falta de libertades. Poco después Perón dio por concluidas las conversaciones.
El 16 de septiembre se levanta la marina nuevamente, los aviones de la Marina vuelven a sembrar el pánico en las calles de Buenos Aires, pero apenas una unidad del ejército en Córdoba y otra en Corrientes, se suman, tampoco lo hace nadie de la Fuerza Aérea. Los marinos amenazan con volar el gasoducto de La Plata si Perón no abandona el poder, este gasoducto era una obra del gobierno Peronista, y su voladura seria una catástrofe por sus consecuencias. Perón teniendo de su lado parte del ejército y a la mayoría del pueblo, prefiere evitar una guerra civil y opta por renunciar, no quiere derramamiento de sangre. “Elijo el tiempo a la sangre”, dijo, después de ocho días de iniciada la insurrección.. La CGT, sectores del peronismo e incluso sectores opositores a Perón fueron a reclamar armas para impedir la toma del poder por los militares, pero Perón se las negó y se exilió temporalmente en Paraguay.
El almirante Rojas verdadero jefe del movimiento insurreccional que derroco a Perón en declaraciones televisivas dice : El pueblo argentino puede estar tranquilo porque el país no gastó una sola bala ya que desde el mar fuimos asistidos por la marina británica.
Como balance histórico, durante los 12 años de presencia de Perón en la cúpula del poder (1943-1955) se había producido una redistribución real del ingreso que no tiene parangón en la historia latinoamericana. Los ingresos por conceptos del trabajo eran mayores que los ingresos por concepto de utilidades en el PIB, con la transformación socio-cultural que eso supone.
Ese proceso de realización de la equidad social, de crecimiento de nuevos sectores de ingresos medios que eran trabajadores con salarios reales elevados, unido a los avances en la industrialización, en la urbanización, en los derechos de la mujer, en los niveles de educación, de salud, de esperanza de vida y de cuidado de los niños, ubicaban a la Argentina en 1955 entre los países más desarrollados del mundo.
II Néstor y Cristina Kirchner : lo nacional-popular y la construcción de una democracia social en la Argentina
El proyecto nacional-popular derrocado en 1955, no volvería a tomar el mando de la nación hasta el año 2002, con el advenimiento al poder de Néstor y Cristina Kirchner, ahora con un elemento nuevo : la democracia política y el respeto a los derechos humanos, eran ya, por voluntad de la sociedad argentina, componente fundamental de cualquier proyecto ideológico que aspirase a gobernar el país. Lo nacional-popular se había vuelto plenamente democrático.
Análisis de la página web del Frente para la Victoria de Catamarca, de periodistas como Demián Verduga, de juristas como Demetrio Iramain y de académicos como Eduardo Basualdo y Ernesto Laclau, permiten sintetizar los rasgos más importantes de esta nueva etapa de la historia argentina.
Derechos humanos y justicia
El gran hito del gobierno de Néstor Kirchner en relación a los derechos humanos fue haber impulsado en el Congreso la derogación de las leyes de Obediencia debida y Punto Final, tema que se complementó con la declaración de inconstitucionalidad del juez Gabriel Cavallo y luego con el aval de la Corte Suprema de Justicia. A un año y medio de la derogación de esas normas, el Estado ya había enjuiciado y enviado a prisión a 124 represores. No hubo procesos indiscriminados, como se había anunciado desde algunos medios de comunicación. Para garantizar el debido proceso judicial y una investigación exhaustiva en cada caso, se creó la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el terrorismo de Estado, que depende de la Procuración General de la Nación. Actualmente, son varias las causas que se están tramitando en todo el país, entre ellas la Mega Causa de la ESMA. El Centro de Información Judicial, que depende de la Corte Suprema de Justicia, elaboró un mapa de todos los juicios que se están desarrollando. En cuanto a la tarea de las Abuelas de Plaza de Mayo, trabajo que no se circunscribe sólo a la era Kirchner, ya son 102 los nietos recuperados.
Una de las primeras medidas que Néstor Kirchner impulsó en su gestión fue trastocar la Corte Suprema de la mayoría automática y renovar de manera drástica su composición. Ese cambio en la cabeza del Poder Judicial tuvo efectos inmediatos hacia toda la sociedad democrática. Sin esa decisión política no hubiera sido posible que los tribunales argentinos de todo el país se dieran luego a la tarea de investigar debidamente y condenar con rigor penal los crímenes cometidos durante la dictadura por los genocidas cívico-militares.
La Corte Suprema declaró oportunamente inconstitucionales los indultos y las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Leyes que el mismo alto órgano constitucional las había convalidado en tiempos no muy lejanos.
También se modificó la ley que establece la cantidad y porcentaje en la representación de los integrantes del Consejo de la Magistratura, ampliando el poder de decisión a los sectores políticos, de oficialistas y opositores, con la sabia intención de democratizar ese instrumento institucional, viciado por su comportamiento corporativo.
En lo estrictamente laboral, nunca como durante el proceso iniciado en 2003, los judiciales abreviaron de modo tan drástico la distancia entre los ingresos de trabajadores y los de los funcionarios. Se redujo la brecha salarial y quedó firme un criterio de equidad salarial que establece que cada aumento de sueldos será igualitario, tanto para magistrados como para ordenanzas. Ya no más las sumas millonarias para los jueces, y nada o migajas para los empleados, que distinguió a la justicia de los años noventa.
Asimismo, el presupuesto que elabora el Poder Ejecutivo, y que le es asignado al Poder Judicial para el buen funcionamiento de los Tribunales, jamás fue tan alto. Las arcas del Tesoro nacional, en franco desarrollo desde 2003, acompañaron palmo a palmo la dificultad que fue dándose en la justicia, que en pocos años vio multiplicar de manera exponencial su volumen de trabajo y el nivel de complejidad de sus investigaciones, consecuencias intrínsecas de la situación social tan acuciante que soportaron los argentinos en las últimas décadas.
Lo poco o mucho de legitimidad que esa institución del Estado democrático recobró en estos años, son obra de los cambios que introdujo el período Kirchner.
La recuperación del papel del estado y el cambio en el modelo económico
Entre 1990 y 2002 cerraron sus puertas 82.300 empresas. La política de apertura irrestricta a las importaciones había arrasado con el entramado productivo del país. Con la llegada de Kirchner al poder, cambió el rumbo de la Argentina desde un punto de vista central : la política económica sería fijada desde el Estado y no por el establishment privado. En mayo de 2003 el país estaba en default, había un 24,7 por ciento de desocupación y un 52,3 por ciento de pobres. En la Argentina había 11 millones de personas por debajo de la línea de indigencia. Sin embargo, a fuerza de obra pública, mejoras en los términos de intercambio comerciales con el mundo, generación de los llamados superávit gemelos (comercial y financiero), acumulación de reservas en el Banco Central, y un manejo administrado del tipo de cambio, el país logró acumular un crecimiento de su PBI en un 70,3 por ciento, entre el segundo trimestre de 2003 y el mismo período de 2010.
Empleo y salarios
Una de las consecuencias más notorias de la llamada Convertibilidad fue la ruptura del entramado productivo del país. Y con ello, el cierre de fábricas y empresas, lo que produjo una alta tasa de desempleo en el país. En 2003 había una generación de chicos que nunca habían visto a sus padres con un trabajo formal. La política de construcción de empleo genuino vino de la mano del crecimiento económico, del rol del Estado en las distintas áreas productivas y laborales. Durante la gestión de Néstor Kirchner, se reinstalaron en el país las negociaciones paritarias entre los gremios y las empresas. Este mecanismo de negociación fue el que permitió a la clase trabajadora mejorar sus condiciones salariales a lo largo de los últimos siete años. En 2003, hubo 203 convenios entre trabajadores y empresarios, mientras que en 2009 ascendieron a 1286. También se reinstaló el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, el mecanismo democrático para que los representantes de los trabajadores (CGT y CTA), los empresarios y el Estado, establezcan nuevos pisos para el salario mínimo, vital y móvil. Este instrumento había estado desactivado por 14 años. En aquel 2003, el salario mínimo pasó de 200 a 500 pesos. En la actualidad, el mínimo es, casi un 900 por ciento superior al haber de 2003, mientras que el salario promedio es de 2890 pesos. En el 2011 el salario mínimo vital se ubicó en 550 dólares, y un Diputado percibe 5000 dólares. La diferencia salarial se ha reducido y la distribución del ingreso es más equitativa que en muchos países de América Latina. Durante los últimos siete años se crearon más de 4 millones de puestos de trabajo genuinos. Hoy la desocupación ((incluyendo la llamada sub-ocupación) está en el orden del 7,6 por ciento, según los datos oficiales.
En 2003, la deuda pública era de 178.820 millones de dólares La política de desendeudamiento tuvo dos hitos : primero la renegociación de los holdouts en 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner y luego en 2010, bajo el mandato de Cristina Kircner. Entre ambas negociaciones, hubo una quita de capital de casi un 70 por ciento, la segunda quita más grande de la historia luego de la ocurrida con Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Después, la conducción económica –que tuvo varios ministros y una constante, que fue la supervisión exhaustiva del ex presidente Néstor Kirchner-- realizó con éxito una gestión de pasivos : es decir, canjes de deuda planificados, para aliviar los vencimientos y mejorar el perfil de la deuda externa. En 2003, la deuda externa representaba el 79,2 por ciento del PBI. Siete años después, sólo el 17,6 por ciento.
¿Cuál el el modelo económico Kirchner ? En principio, haber puesto a la economía bajo el ala de la política. En una resolución conjunta con el presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva, Argentina canceló la totalidad de la deuda con el F.M.I. (9500 millones de dólares). De esta manera, el gobierno logró la independencia del fondo y dejó de recibir sus “recetas”, las mismas que llevaron al colapso de varias economías en Asia, Latinoamérica y a la Rusia de Yeltsin. Fue el principal gesto de independencia económica de los últimos siete años. A partir de este acto, sumado a las reiteradas intervenciones del Gobierno en los foros internacionales, como el G-20, la comunidad internacional impulsó cambios dentro del organismo, que hoy sigue en el centro de la discusión por sus recetas ortodoxas.
La inversión pública se volvió una política de Estado. Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, fortalecieron la presencia del Estado en la economía con obra pública, inversiones en infraestructura, y bienes de capital. En 2003, la inversión pública representaba sólo el 1,2 por ciento del PBI, mientras que en 2007 era del 3,4 por ciento. Para fin de este año, se prevé una inversión pública del 4,1 por ciento del PBI. Se pasó de los 10.000 millones de pesos en inversión, a los 60.000 millones . En siete años, el país pasó de tener 965 kilómetros de autopistas a los actuales 2015 kilómetros en junio pasado. La generación eléctrica subió de 17.900 megavatios de potencia efectiva hace siete años a 23.800 en la actualidad. En total se construyeron 720.000 soluciones habitacionales que beneficiaron a 3,6 millones de habitantes.
La macroeconomía y su evolución
El crecimiento del PBI p/c ha sido espectacular, alimentado por el extraordinario crecimiento de la economía y la tradicional baja tasa de natalidad argentina.
PIB p/c (en US dólares)
2002 | 7.995 |
2003 | 8.804 |
2004 | 9.759 |
2005 | 10.872 |
2006 | 12.054 |
2007 | 13.318 |
2008 | 14.413 |
Argentina en el contexto económico internacional
Desde el punto de vista internacional, Argentina es uno de los países emergentes con mayor crecimiento en la última década. A pesar de haber pasado por graves crisis como la del 2001, su economía ha podido recuperarse y a día de hoy se mantiene destacada en Latinoamérica y se sitúa de nuevo entre las grandes promesas a nivel global. A nivel social, resultan sobresalientes los parámetros referidos su tasa de natalidad (2 niños por mujer) con una clara tendencia a la baja (lo que puede redundar en un estancamiento demográfico a corto plazo). Otro datos destacado es la penetración de Internet (65,5 % de la población), que es comparable con los países desarrolladoa del llamado primer mundo.
Análisis sociológico del cambio de modelo económico
Según Eduardo Basualdo, el 2001 constituye un punto de ruptura muy importante porque se cierra un ciclo de casi 30 años donde la sociedad argentina tuvo un patrón de acumulación de capital específico, impuesto por la dictadura militar, diferente al agroexportador de las primeras décadas del siglo XX y al de sustitución de importaciones : el de la valorización financiera.
Durante muchas décadas, la economía argentina tuvo como eje y sustento la economía real. Ahí se dilucidaban las relaciones entre capital y trabajo. Del año 76 en adelante, el patrón de acumulación es de una naturaleza muy diferente porque la variable de ajuste es la economía real, y la relación entre capital y trabajo se dirime en el ámbito financiero. Con una paradoja : los sectores centrales del nuevo patrón de acumulación (internos) son principalmente industriales. Un circuito donde el sector privado oligopólico se endeuda, valoriza en el mercado financiero interno (porque la tasa de interés local es mayor a la internacional) y fuga al exterior. Esta es la enorme compatibilidad o complementariedad que existe entre fuga de capitales locales al exterior y la deuda externa.
Ese cambio de política económica va acompañado de nuevas funciones del Estado. Un patrón de acumulación de capital implica una modificación sustancial, porque cambian las alianzas sociales y por lo tanto el carácter del Estado. El papel del Estado en este proceso es garantizar que la tasa de interés interna sea mayor que la internacional porque, si no, no hay valorización.
Dentro de los años que median entre 1976 y 2001, la década de los ‘90 implica la etapa superior de la valorización financiera por su impacto en la economía y en la sociedad argentina. Las privatizaciones son el mayor cambio en la estructura económica del país durante el siglo XX. Más importantes, incluso, que la estatización del peronismo original, momento en que el Estado tenía mucha menor importancia en términos relativos. La trascendencia de las privatizaciones se puede apreciar también porque no es sólo una fracción del capital la que se queda con las empresas, sino que la propiedad de las firmas estatales es compartida entre las distintas fracciones dominantes del capital. En cada una se verifica un trípode constituido por un grupo económico, una empresa transnacional que es la operadora y un banco transnacional que es el agente financiero. Sin embargo, posteriormente, los grupos económicos comenzaron a vender estas empresas y a fugar esos recursos al exterior para realizar ganancias patrimoniales. Habían comprado barato y venden caro, porque tienen una alta rentabilidad debido a las regulación estatal o por ser empresas oligopólicas. Esa elevada rentabilidad es la que les asegura un alto precio de venta, porque este último se fija en base al nivel de ganancia.
El proceso de transferencias de capital es más amplio que las empresas privatizadas. Entre ellas, se encuentran empresas oligopólicas líderes en la producción industrial. En general, los grupos económicos, que son los principales vendedores de activos productivos, se recuestan en producciones exportables. Estos capitales, modificaron substancialmente la composición de su patrimonio. Trajeron parte de fondos fugados al exterior para incorporarse como accionistas en las empresas estatales, después venden, fugan al exterior e invierten financieramente. La diferente inserción estructural de estas fracciones a partir de la crisis del ‘98 que se inicia en Asia y Brasil, se expresa, a su vez, en proyectos políticos alternativos que buscan reemplazar a la Convertibilidad. Los grupos económicos van a plantear la devaluación como salida a la Convertibilidad, mientras que el capital extranjero, financiero y productivo, impulsa la dolarización de la economía nacional. En realidad, hoy no está consolidada una alianza dominante en la Argentina. Néstor y Cristina Kirchner han gobernado buscando aumentar la autonomía del espacio político respecto a la estructura económica, aprovechando que, en una etapa de crisis, los sectores dominantes tienen que hacer concesiones, lo cual ocurrió desde 2002 . Y lo hacen con medidas que están en sintonía con banderas históricas de los sectores populares. Así es como definió una estrategia de alto crecimiento económico que implicó un fuerte impacto en el empleo del 2002 en adelante. Durante estos años hubo un incremento del empleo muy sustancial, un mejoramiento evidente de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
La economía argentina desde los años 90s .como nunca tiene un grado de extranjerización inédito, una forma de extranjerización que sintetiza las formas en que se incorporó el capital extranjero en los distintos modelos económicos. Tiene extranjerizado buena parte de los servicios públicos, y por otro lado buena parte de la industria. Uno es típico del modelo agroexportador y el otro de la sustitución de importaciones.
Este gobierno está impulsando la reconstitución de una burguesía nacional, uno de los integrantes de la alianza social del peronismo. Pero ninguno de los grupos económicos más conocidos es burguesía nacional, no tiene la naturaleza de la burguesía nacional del peronismo. La burguesía nacional fue producto de un movimiento político de base obrera. Es decir, si se conforma un movimiento con los trabajadores se puede generar una burguesía, pero no al revés.
El Estado y los sectores pobres de la sociedad
Hay cambios positivos notables, hay una política económica que defiende el crecimiento contra los ajustes económicos y sociales, que permitió reconstituir el mercado de trabajo. La defensa del crecimiento económico en las actuales circunstancias es un hecho relevante, porque permitió la recuperación de la ocupación, lo cual plantea un cambio muy drástico respecto a los 30 años anteriores. Hay una reversión : lo que era la valorización financiera como forma de rentabilidad hoy es la economía real. Estamos ante un contexto internacional que implica altos precios para los bienes primarios, con una economía con una alta participación del capital extranjero pero donde no está definida una alianza social dominante, lo cual significa que Argentina atraviesa por una etapa de transición, en la que hay que buscar un nuevo paradigma para un sector estatal de empresas , porque la economía en esta época de globalización y cambio tecnológico es muy diferente a la de la época de Perón.
Pobreza e indigencia
El director de Red Solidaria, Juan Carr, señaló hace unos meses que si bien no cuestiona la existencia de la pobreza, reconoce que “el hambre sigue bajando en el país desde hace ocho años, gracias a la acción del Estado y otras instituciones”.
En Argentina, los niveles de pobreza descendieron del 44,3 por ciento en 2004 al 12 por ciento en el primer semestre de 2010. Según un pre - informe elaborado por la CEPAL y UNICEF --La pobreza infantil : un desafío prioritario--, se establece que de 18 países de la región, la Argentina ocupa el tercer lugar en cuanto a calidad de vida de los niños pobres, detrás de Uruguay y Costa Rica. Más abajo aparecen Colombia, Brasil, México, Perú, Bolivia y Honduras, entre otros. El parámetro que se utiliza no es sólo el de ingresos, sino también las posibilidades de acceso a servicios básicos como educación, salud, agua potable, alimentación e información.
El año pasado, el gobierno estableció la Asignación Universal por Hijo, lo que representó un cambio de paradigma en la aplicación de las políticas sociales del Gobierno. Se pasó de considerar instrumentos focalizados –como el Plan Familias, el Jefes y Jefas de Hogar, entre otros- a planes de más vasto alcance. Este se considera el plan de asistencia más importante y ambicioso de toda América latina. Sus beneficiarios llegan a los casi 4 millones de chicos, produjo un aumento considerable de la matrículas escolares y redujo la indigencia. Según cálculos de un estudio realizado por el CONICET, esta reducción fue de un 60 por ciento. Por otro lado, un reciente estudio de la Universidad de San Martín señaló que el índice de indigencia se sitúa entre el 2,0 y el 3,5 por ciento, según los registros de inflación que se utilicen como parámetro. Así, la administración del país, en siete años, sacó de la indigencia a 10 millones de argentinos.
Jubilaciones
El proceso de mejora del sistema previsional se inició con los aumentos en los haberes otorgados primero de manera discrecional y luego por ley. La estrategia del Gobierno fue ir aumentando la mínima, que estaba sumamente retrasada después de 12 años de congelamiento, con recortes incluidos durante el gobierno de Fernando de la Rua.
Durante los gobiernos de Cristina y Néstor Kirchner hubo más de 15 aumentos en las jubilaciones mínimas. Se pasó de los 200 pesos en 2002 a los 1000 pesos actuales. Sin embargo, frente a las críticas de las asignaciones discrecionales, en 2008 se sancionó la ley de movilidad jubilatoria, algo que había sido reclamado por la propia Corte Suprema. Entonces se estableció, por ley, un mecanismo para la actualización de los haberes dos veces al año. Paralelamente, se realizó una moratoria para incrementar la masa de jubilados (superó la incorporación de 2,4 millones de personas) e incorporar beneficiarios al sistema público, permitiéndoles el traspaso desde las AFJP.
Luego llegó la recuperación de los fondos de los jubilados y pensionados en poder de los bancos. En noviembre de 2008 el Congreso aprobó un proyecto del Ejecutivo que reestatizó el sistema previsional. En ese momento, diez AFJP administraban 90 mil millones de pesos de los trabajadores, cobrándoles comisiones por administración del 33 por ciento de sus aportes. Ese año la rentabilidad promedio del sistema había sido de -2,5 por ciento, ocasionándole una pérdida al fondo de 8000 millones de pesos. Desde que la ANSES se hizo cargo de los fondos previsionales que manejaban las AFJP, las inversiones en proyectos productivos, obras públicas, energía y créditos para la vivienda se cuadruplicaron. Pasaron de 2183 millones de pesos a fines de 2008 a 8539 millones en la actualidad. Antes equivalían al 2,2 por ciento de la cartera de inversiones de las administradoras privadas y ahora equivalen al el 6,2 por ciento. En 2010 se estima una inversión aproximada de 8000 millones de pesos. Hoy el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) tiene activos por más de 150.000 millones de pesos.
Educación y cultura
“En el 2002, Argentina destinaba el 5 por ciento de su PBI al pago de la deuda externa y el 2 por ciento a la educación. Hoy es al revés : destinamos más del 6 por ciento del PBI a la educación y cultura”, manifestó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la semana argentina en la Feria del Libro en Frankfurt. En 2010, el presupuesto para Educación fue de 21.156 millones de pesos mientras que para 2011 asciende a 29.287 millones, es decir, un 38 por ciento más que el año anterior. “Desde la Ley de Financiamiento Educativo, la Nación aporta un 40 por ciento a las provincias. Todo esto es un logro de la sociedad argentina y sabemos que tenemos que seguir avanzando”, señaló Alberto Sileoni, ministro de Educación.
La política educativa tuvo también como hito la construcción de 946 establecimientos, con más de 460.000 chicos beneficiados . Y recientemente se agregó como gran objetivo del siglo XXI llevar las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones a todos los estudiantes de escuelas públicas, a partir del plan ConectarIgualdad.com, el cual prevé entregar más de 3 millones de netbooks en todo el país.
Ciencia y tecnología
Apenas asumió la presidencia, Cristina Fernández de Kirchner creó el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, actualmente conducido por Lino Barañao. Este fue un reconocimiento para un sector duramente postergado durante la década menemista, época que se caracterizó por la fuga de cerebros, proceso que se había iniciado durante la última Dictadura Militar. En los últimos seis años, la política de repatriación de científicos permitió que regresaran al país 768 especialistas que se desempeñaban en distintas partes del mundo. Esto se logró ya que pudo reconstruirse todo un entramado científico - económico alrededor del CONICET, el INVAP, la CONAE y las Universidades, con salarios dignos para los especialistas y un horizonte que colocó nuevamente al país en el plano científico. El presupuesto destinado al área crecerá en 2011 un 13 por ciento.
Política internacional
Los ejes de la política exterior argentina están definidos por la integración con América del Sur como primera prioridad y el mejoramiento de sus relaciones con México, América Central y el Caribe.
Mantiene buenas relaciones con Estados Unidos y Europa, excluyendo Inglaterra con quien mantiene un conflicto histórico por la posesión de las Islas Malvinas.
Ha intensificado de manera notable sus vínculos con China, Rusia, Asia y el Medio Oriente.
En lo militar Argentina ha redefinido sus hipótesis de conflicto. Han desaparecido Brasil y Chile en el mapa de los conflictos para convertirse en aliados en la alianza militar sudamericana,
Se ha privilegiado como hipótesis principal de conflicto, posibles confrontaciones con los grandes poderes mundiales por los recursos naturales, en especial, por el agua.
Apoyo social , estilos y símbolos
La muerte de Néstor Kircher en el 2010 mostró la actualidad y el vigor de lo nacional- popular en el imaginario del pueblo argentino. Quienes con asombro veíamos por televisión internacional ese multitudinario y vibrante acto de duelo y despedida, nos sorprendíamos aún más cuando escuchábamos a las decenas de miles de sollozantes argentinos, explicar su adhesión al ilustre fallecido . Kirchner había recuperado para la Argentina un proyecto nacional y popular, era lo que todos repetían como consigna doliente
En el 2011 Cristina Kirchner gana con amplitud las elecciones internas y se perfila como Presidenta reelecta en las próximas elecciones de Octubre. Eso significa que la construcción de una democracia social, a partir de lo nacional-popular, tiene apoyo organizado en amplios sectores de la sociedad argentina.
Para Ernesto Laclau el futuro de la democracia social argentina, de define por la confrontación entre la Argentina de las corporaciones y la Argentina popular. Y al respecto escribe : “Es en el umbral de esta confrontación que el nombre de Néstor Kirchner permanecerá siempre como un signo liminar y señero. Ya no será una bandera para las luchas, pero se ha transformado en algo más importante : en un símbolo para las conciencias. Quiero recordar tres aspectos de su obra y de su mensaje. El primero es que fue uno de los demócratas más radicales que la Argentina haya producido en años recientes. Nunca intentó imponer una voluntad burocrática, sino que siempre buscó en las movilizaciones espontáneas de los grupos de base los aliados naturales a través de los cuales pensar, repensar y matizar su proyecto. El segundo es que nunca hizo una interpelación fácil a masas inestructuradas, sino que comprendió que, en las complejas sociedades contemporáneas, cualquier proyecto de cambio tiene que pasar por la transformación interna de las instituciones. No sé si Néstor habrá leído a Gramsci, pero en todo caso su acción política muestra algo que es profundamente gramsciano : la comprensión de que, en las sociedades contemporáneas, no hay populismo fácil ; que, sin la mediación institucional, no hay proyecto político coherente. En tal sentido él mostró, a través de su acción política, algo que siempre pensé : que entre institucionalismo y populismo siempre hay una compleja negociación, los resultados de la cual presentarán matices distintos en diferentes sociedades.
Hay, finalmente, una tercera dimensión que es decisiva para entender el legado de Kirchner : su firmeza de acero, su compromiso total con las causas que abrazaba. Era un hombre de lucha, no de transacciones. Esto es lo que indignaba a sus detractores y lo que denominaban su tendencia “a doblar la apuesta”. Creo que se trataba de algo más importante que eso. El tenía perfecta conciencia de la naturaleza de las fuerzas con las que se enfrentaba, y sabía que sólo una voluntad inquebrantable sería capaz de confrontarlas.
Cristina no está sola. Ha perdido, es verdad, al compañero de su vida y la acompañamos todos en su dolor. Pero la acompaña también todo un pueblo, el cual se ha manifestado en los últimos días en una de las expresiones de pesar colectivo más inmensas –quizá la más inmensa– de la historia argentina. Debemos hacerle a Néstor, en las palabras de Antonio Machado, “un duelo de labores y esperanzas”. Cada fábrica, cada escuela, cada hogar, deben erigirse como la expresión de la voluntad colectiva de que la llama que se encendió en 2003 no se extinga jamás. Que todos los argentinos nos identifiquemos con aquellas palabras que José Gervasio de Artigas pronunciara en su lecho de muerte : “Amanece, ensíllenme el caballo”.